Tegucigalpa, Honduras.- En la madrugada del viernes, la tormenta tropical Sara impactó la costa caribeña de Honduras cerca de Brus Laguna, una zona habitada mayoritariamente por comunidades indígenas y afrodescendientes.
Con vientos sostenidos de 50 mph y un desplazamiento de 9 mph, el fenómeno ha desatado lluvias torrenciales que amenazan con inundaciones catastróficas y deslizamientos de tierra en el norte del país.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos advirtió que Sara podría dejar entre 25 y 50 centímetros de lluvia en la región, con zonas aisladas alcanzando hasta 75 centímetros. Este volumen podría provocar desbordamientos de ríos y daños significativos en áreas vulnerables.
En Roatán y otras localidades costeras, se han registrado inundaciones repentinas y fuertes ráfagas de viento, mientras las autoridades locales, a través de Copeco, han emitido alertas para que las comunidades se preparen ante posibles desastres.
Un portavoz de Copeco enfatizó que la tormenta representa un grave peligro para las comunidades rurales y costeras debido a la posibilidad de desbordamientos y el impacto en viviendas y cultivos.
La influencia de Sara no se limita a Honduras. Su trayectoria también afecta a Nicaragua, Belice y el sur de México, regiones donde la infraestructura sigue siendo vulnerable ante eventos climáticos extremos.
En México, se esperan lluvias intensas en la península de Yucatán, mientras que en Belice, las autoridades han iniciado evacuaciones preventivas en áreas de alto riesgo. Aunque la tormenta podría disiparse al llegar al Golfo de México, su lento avance mantiene la incertidumbre sobre su impacto final.
Las autoridades de Honduras y los países vecinos instan a la población a mantenerse alerta, seguir las recomendaciones de los organismos de emergencia y priorizar su seguridad.