Honduras, UNESCO.- Según el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2024 de la UNESCO, presentado hoy en la Reunión Mundial sobre Educación en Brasil, la población no escolarizada ha disminuido solo un 1% en casi diez años, lo que deja a 251 millones de niños y adolescentes sin acceso a la educación.
La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, enfatizó la necesidad urgente de aumentar la inversión en educación, especialmente en países de ingresos bajos y medios.
El informe destaca que, aunque desde 2015 se han escolarizado 110 millones de niños y adolescentes y que más jóvenes terminan sus estudios secundarios, las disparidades persisten.
En los países de bajos ingresos, el 33% de los niños no asiste a la escuela, en contraste con solo el 3% en los países de altos ingresos.
Más de la mitad de los no escolarizados se encuentra en la región de África subsahariana.
Un segundo informe, elaborado en colaboración con el Banco Mundial, subraya que la financiación insuficiente es uno de los principales obstáculos para una educación de calidad.
Cuatro de cada diez países destinan menos del 15% de su gasto público a educación, y la brecha de inversión entre países es alarmante, con un gasto promedio de solo 55 dólares por alumno en países de bajos ingresos frente a 8,543 dólares en los de altos ingresos.
La UNESCO también propone mecanismos de financiación innovadores, como los canjes de deuda por educación, para abordar la crisis de financiación.
En este contexto, la organización pidió a los Estados miembros del G20 que colaboren en la creación de una plataforma multilateral para convertir la deuda en inversiones educativas.
Compromisos
Durante la reunión, el ministro de Educación de Brasil, Camilo Santana, destacó el compromiso del país para liderar un diálogo global sobre la equidad y la inclusión en la educación, enfatizando la importancia de asegurar que las discusiones se traduzcan en acciones concretas.
La Declaración de Fortaleza, que se ratificará al final del evento, insta a priorizar la educación como una herramienta clave para un futuro más justo y sostenible, abordando también desafíos como el cambio climático, la paz y la igualdad de género en la educación.
Este evento marca una nueva etapa en el esfuerzo global por garantizar una educación inclusiva y de calidad para todos, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.