Honduras, Deportes EFE.- A base de fútbol y una imagen imponente como equipo con un resultado corto para la insultante superioridad sobre la vigente campeona, España venció por la mínima de 1-0 a Italia, que escapó de la goleada por la firmeza de Donnarumma.
Superior desde el talento, intensa, mordiendo arriba, ajena a la presión y con una imagen de equipo imponente, España pasó por encima de Italia.
Recuperó su esencia desde el balón España, aumentando la posesión, pero asociándola a un fútbol directo y vistoso, repleto de vigorosidad física y talento.
El de Nico Williams llegó para convertir el partido en pesadilla para Di Lorenzo, superado sin ayudas cada vez que fue encarado.
La España de extremos amenazó por la izquierda y presentó por la derecha el talento de Lamine Yamal que hace recular al rival.
Una perfecta sintonía con Pedri volviendo a ser Pedri, puro talento, emergiendo la figura dominante de Rodri en la medular, con máxima efectividad en el pase, y con Fabián omnipresente, tan eficaz en el robo como en la finalización.
Italia sobrevivió a una avalancha futbolística por Donnarumma y por la falta de precisión de España en el remate.
Pero a España le faltó en el primer acto lo más importante para que los momentos del fútbol más vistoso en toda la Eurocopa le acercasen al triunfo, un remate certero.
Perdonó lo que nunca se debe en días grandes. Cuando Nico intercambió su papel con Morata y encontró el centro preciso para perdonar a placer el testarazo ante un Donnarumma superado, temiendo lo peor a bocajarro.
Como si no fuese un clásico europeo ni tuviese enfrente a la vigente campeona. Cuando Nico se tomó un respiro de regates, apareció la velocidad de Yamal y la visión al espacio de Morata, que amagó en carrera, volvió a amagar, se cerró el espacio y acabó chutando a las piernas del portero italiano.
Por si a España le faltaban variantes ofensivas aparecía la amenaza del disparo lejano con Fabián, firme arriba Donnarumma, y el intento de Rodri.
Los protagonistas de la superioridad desde el centro del campo daban un paso al frente para que Italia pasase a ser un muro, lejos de representar cualquier amenaza con un mundo por recorrer hasta la portería de Unai Simón.
La difícil explicación desde lo futbolístico del empate sin goles al descanso encontró una rápida respuesta en la reanudación, con el mismo panorama. Una Italia atemorizada ante el vendaval español.
Fue cuando España pudo sentenciar con acciones repletas de talento que no superaron al portero en la definición y acabó defendiendo con coraje un triunfo que nunca debió ir asociado a un añadido de tensión.
Objetivo cumplido para los españoles con la mejor imagen posible, pase a octavos sin especular, por mucho que en el camino asome la anfitriona Alemania.