Tegucigalpa – Más de 30 mil ciudadanos hondureños están a la espera por cirugías en los hospitales públicos del país, mientras la mora quirúrgica alcanza niveles alarmantes. La situación ha desencadenado un clamor generalizado por respuestas y una inversión urgente destinada a mejorar la infraestructura hospitalaria y garantizar el suministro adecuado de insumos médicos.
La situación se agrava debido a quirófanos en estado precario, una planificación deficiente, la atención insuficiente de emergencias y una gestión inadecuada de las citas médicas en Honduras. Según la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), los hospitales públicos enfrentan una mora quirúrgica que supera el 130%.
Blanca Munguía, directora de Salud de ASJ, destaca que «la lista de espera supera los 17 mil pacientes y la mora quirúrgica afecta a más de 30 mil hondureños desesperados por recibir tratamiento». Atribuye esta crisis a la ocupación de los quirófanos por casos de emergencia y la falta de inversión en la mejora de la infraestructura médica.
El problema persiste sin una estrategia de respuesta efectiva. Josué Orellana, presidente de la Asociación Nacional de Enfermeras y Enfermeros de Honduras (Aneeah), señala la inoperancia de las autoridades como un factor determinante en esta situación de salud. Además, advierte que muchos pacientes reciben citas con un plazo de espera de hasta seis meses o incluso un año, lo que puede tener graves consecuencias para su salud.
Los hondureños afectados no solo se quejan de la falta de medicamentos, sino también de la escasez de atención médica oportuna. La esperanza recae en el compromiso del ministro de Salud, Manuel Matheu, quien promete una inversión pública en salud en el último cuatrimestre, a pesar de trabajar con un presupuesto reducido.
La población clama por soluciones urgentes, mientras las enfermeras protestan por sus derechos y la agonía de miles de pacientes continúa en espera de la tan necesaria intervención quirúrgica.
En medio de esta crisis, Blanca Munguía insta a una intervención focalizada en los hospitales con mayor demanda, garantizando la presencia de especialistas y anestesiólogos, así como el suministro adecuado de insumos médicos. Los recursos aún no utilizados podrían ser una primera fase de acción para abordar esta situación crítica que afecta a miles de hondureños que anhelan una oportunidad para sus intervenciones quirúrgicas.